Un país con jóvenes pensantes, preocupadas por su educación y solidarios en lo que consideran enmiendas justas. El Pase escolar, el pasaje de la micro gratis y la P.S.U. no son otra cosa más que un detalle en comparación a la lucha que se comienza a gestar para conseguir un país más justo. "La educación es un derecho, no un privilegio", es el corolario de la nueva lucha de la juventud y de todos nosotros como sociedad.

El apoyo dado por los colegios particulares a los liceos en toma y en paro, que son en definitiva los verdaderos afectados por la crisis educacional, rompió al menos por hoy y quizás por una semana la consigna de que "mientras los estudiantes de los liceos están en paro, en el otro extremo de Santiago se están educando sus futuros patrones". El apoyo del hijo del empresario, al hijo del trabajador nos demuestra como aquellos que perfectamente podrían seguir sus rutinas en las burbujas precordilleranas jugando hockey y rugby, se alinean en pro de un Chile mejor, en el deseo de que todos tengamos igualdad de oportunidades a través de la más poderosa herramienta de desarrollo; la "educación".

El grito desesperado de que la jornada escolar completa no sirvió, que las brechas sociales se triplican en pruebas de medición de la educación, fué lanzado desde las bases, desde los afectados. Si bien es cierto que fué una elite como la del Liceo de Aplicaciones y del Instituto Nacional, la que inició el movimiento, no es menos verdadero, que cada vez se adhieren mas colegios, liceos sin fama, y generadores de mano de obra barata, que exigen cosas básicas como baños dignos, y real atención de los educadores hacia ellos.

La idea no és que desaparezcan los colegios privados como han planteado algunos. Todo lo contarrio deberíamos ser capaces de construir liceos con educación a la altura de los más encumbrados colegios, y generar la tan ansiada movilidad social, que Chile merece. Basta ya que la cuna determine el futuro.

Punto aparte merece la ausencia de aquellos señores Concertacionistas expertos en dar charlas sobre educación, y llenarse los bolsillos escribiendo libros que se creen sólo ellos, mientras tienen a sus hijos en los colegios que el red set criollo ha establecido como de moda. ¿Dónde andará José Joaquín Brunner?