El espíritu del Padre Hurtado se respiró todo el fin de semana debido a su canonización. Todos los canales con enviados especiales, programación con biografías del ahora Santo, y un sin fin de reportajes relacionados a la obra del hast hace unos días beato. Pero obviamente ya sabemos, que esto no fuñe mas que un acto simbólico, dentro de la larga lista a los cuales estamos acostumbrados, ya sea día de la solidaridad, teletón, campañas de los matinales, etc. Porque hay que reconocer que somos un país que nos creemos solidarios, juramos que la rompemos en cualquier obra de ayuda, pero son sólo unos pocos los que están donde las papas queman, los que realmente se queman el potito, los que aperran con un techo para Chile, con “Adopta un hermano”, con las campañas de donación de sangre…..son siempre los mismos, los mismos “canapés” de la solidaridad, los que van a todas y están en todas, son los que construyen un país como el que se quiere para el ya mítico Bicentenario. Son ellos, los cientos de jóvenes, pero a su vez la nada de la población nacional, provincial, comunal o poblacional que están viviendo la solidaridad, son aquellos que sienten felicidad en ayudar y que dan parte de su tiempo para otros, no como yo o ustedes, que presa del egoísmo e individualismo no somos capaces de regalar un segundo de nuestras “ocupadas” (JA) vidas, porque “tenemos que hacer”, “tenemos que estudiar”, o cualquier mamonería para sacarse el pillo…Pensamos que igual de cierta forma ayudamos, Oh! Dí parte de mi vuelto en el supermercado (que con cueva bordeará los $12000 anuales, con cueva…), Oh! Le dí una moneda al curadíto que me la mendigo, Oh! Cedí mi asiento en la micro. Nos auto convencemos de que somos buenas personas, pura solidaridad. Pero calculamos cada detalle de nuestros actos, cuales serán los beneficios….
….Hay que dar hasta que duela, aunque sea la frase más oída del finde, y por cierto la más cliché, hay que dar concientemente, es necesario ayudar desde nuestro ámbito, desde nuestros pequeños talentos, debemos incorporar la solidaridad primero como concepto y luego como acto, no con gestillos, como estamos acostumbrados. Debemos seguir ejemplos, y como está de moda, sigamos a San Alberto Hurtado, no necesariamente comprando una camioneta verde, y haciéndose cura, sino que dándole dignidad al que lo necesita, y al que no…. ¡también!. Se debe innovar en la equidad, en la educación y en el trato.
…Así que ya encendí tímidamente una llama en la vela del rincón de mi habitación, ahora sólo necesito que se convierta en antorcha, y el fuego encienda otro fuego….
(Típica frase de filósofo de fotolog, ...hay que subir el nivel..., es lo que hay no más)
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