domingo, junio 25, 2006

Jiles a la orden.

Siempre hay un jil dispuesto a recibir los descargos de un “yo” sin personalidad que no es capaz de enfrentar la fuente de su malestar. En cada momento se nos presenta esta situación; la secretaria hija de puta que nos responde de mala forma,-la muy perra- cuando le pedimos algo; todo porque no es capaz de decirle que NO al jefe que se le sube por el chorro, o porque justo antes de pedirle el aumento de sueldo, le dicen que la empresa está en reducción de costos. Entonces este personaje se desquita con el pobre infeliz que le pregunta algo.
Así los casos se repiten y multiplican por millones. El mal humor reinante es toda una consecuencia de nuestra cero reacción para enfrentar los problemas; agachamos la cabeza, aceptamos el reto, no reclamamos y nos desquitamos con el más débil emocionalmente que esté más cerca de nosotros.
Propongo como solución el establecimiento oficial de los “cara a cara” pero teniendo la delicadeza de decir “las cosas como son” de la forma con mas “tino” posible. Porque no tenemos la culpa, los que tratamos de cambiar el “mal humorismo leninismo”, de que el otro descargue su frustración en nosotros.

1 comentario:

Pedro Pablo dijo...

UUUFF el clásico ejemplo suele ser el micrero chuchetumare....
he intentado establecer el cara a cara con ellos, pero créeme..me ha ido peor :P