martes, abril 18, 2006

Relatos urbanos.

Joven provinciano, quizo toda su vida salir de aquel llamado hasta entonces, "pueblo de mierda". En cuarto medio estaba chato, se metió a preuniversitario a pesar de haber problemas económicos en su casa. Pero no importa hijo-dijo la mamá-, todo esto es para que usted sea mas que yo, y además es lo único que le puedo dejar.....
Le fué bien en la PSU ó PAA. Se fué a matricular en Enero, y se puso a buscar pensión. Ya a mediados de Febrero estaba en su nueva ciudad. No quería estar un minuto mas, enaquella provincia de toda la vida.
Conoció la vida, las luces lo deslumbraron, pero junto a esto llego la nostalgia, añoraba a su familia. En los momentos en que sus estudios no iban bien, recordaba todo el esfuerzo que hacía su gente; la mamá ya no se compraba ropa para ella, los hermanos chicos se tenían que apretar el cinturón, andaban con lo justo. La abuela, ayudando con lo que podía, a veces le mandaba "plata" al nieto. Todos los tíos preguntaban por él. Era el orgullo, la esperanza y por lo mismo millones de frustraciones proyectadas sobre aquel niño-hombre, que en el peack del carrete borraba todos sus miedos con la compañera infaltable, Marcela.
Fin de semana largo que había, él viajaba a su ciudad, a ver a su familia. El pueblo de mierda, ya no era tan feo, tenía aquella belleza que sólo la nostalgia deja ver.
Con el tiempo, las visitas no eran tan seguidas, quizás una o dos veces al año; ya no pensaba tanto en su familia, lo pasaba mejor in the city, carrete, gente buena onda. Sin embargo "mami" pensaba todos los días en él...
¿Esperaba retribución?.

2 comentarios:

Enrique dijo...

No cabe duda que esa situación es más que común para provincianos que no conocían el mundo carretero ni el de la bohemia nocturna pasada a chela. Pero, eso cambia, te lo aseguro...

Anónimo dijo...

ey cowboy...
parte de mi, parte de ti. Tu luz mas su luz.