Yo,...el desgenerado.

Pensaron que iba a confesar una parafilia; masoquismo, sadismo, zoofilia tal vez, coprofilia por ningún motivo, o quizás que iba a contar intimidades inexistentes. O pensaron, dado el título, que había cometido un error en el tipeo, y que se confirmaba vuestra teoría de que yo era un degenerado, y se decían: “si este tipo algo raro tenía” (pensamiento de en egocéntrico, que jura que todos han hecho alguna reflexión acerca de él). Bueno soy un desgenerado, o al menos me siento así (que no suene a blog depresivo), un tipo que no pertenece a una generación, a un grupo, o a cualquier organización de personas.

No me considero parte de la generación de jóvenes que dicen estar ni ahí con la política, tampoco soy de aquel grupo de acción católica que nos muestra la vicaría de la esperanza joven. Menos diré que mis gustos musicales son anglo, y por lo tanto estoy en onda. Tampoco cuando se dio la moda hip-hop, escuché su música, y anduve con los pantalones una nalga debajo de la cadera. Y así puedo seguir enumerando hasta que extraditen a Fujimori. Pero se puede pensar que pertenezco a la generación de los que no pertenecen a ninguna generación, de aquellos que se juran rebeldes, distintos, a la vanguardia, de aquellos que juran que no haciendo las cosas que el resto hacen, dan testimonio de su resistencia y fuerza de voluntad. Puede que pertenezca a ese grupo, pero en realidad da lo mismo, el punto es el arraigo a una generación de personas con algo en común, el equivalente a la patria para un país.